Tenemos que ser conscientes que nuestra presencia en la montaña puede suponer una alteración en los procesos biológicos que se desarrollan habitualmente en ella y cualquier actividad que hagamos tiene que ser respetuosa con el medio ambiente.
El viejo lema “Déjalo mejor que como lo encontraste” está y estará vivo eternamente.
- No acercarse ni molestar de cualquier forma a la fauna.
- No arrancar plantas, flores o setas.
- No salirse de los caminos y senderos durante la realización de cualquier ruta.
- No levantar piedras innecesarias, pues de bajo de ellas se esconde mucha vida.
- No llevar perros sueltos.- No ensuciar los cursos de arroyos y ríos.
- No liberar animales domésticos.- No vociferar ni llevar aparatos de música a todo volumen.
- No arrojar desperdicios de comida, y si podemos recoger los restos que encontremos de basura, así como las colillas de cigarrillos para depositarlos más tarde en un contenedor.
- No encender fuego bajo ningún concepto.
- No ensuciar ni pintar las paredes de los refugios no guardados, y que nuestro paso por ellos pase desapercibido y a lo sumo signifique alguna mejora en él (recoger basura, arreglar alguna ventana, etc.).
Si todos cumplimos estos mínimos consejos, estaremos agradeciendo de alguna manera a las montañas la acogida que nos han brindado durante tantos años.
Si todos cumplimos estos mínimos consejos, estaremos agradeciendo de alguna manera a las montañas la acogida que nos han brindado durante tantos años.
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